¡Hola de nuevo amantes de lo mono!
En esta entrada voy a realizar una pequeña introducción sobre la importancia de los diccionarios Oxford en el contexto de la regulación y uniformidad de la lengua, centrándome sobre todo en las ediciones dedicadas a la lengua inglesa.
Oxford ha sido una de las referencias mundiales a nivel cultural e histórico desde hace más de 500 años, y hoy a pesar de la proliferación de universidades y la aparición de centros con mayor presupuesto y medios, sigue siendo un “Edén del saber”. Cada año esta universidad realiza o actualiza una serie de diccionarios monolingües y bilingües de distintos niveles de especialización, desde aquella versión bilingüe de bolsillo que teníamos que llevar a la clase de inglés en el colegio hasta la versión monolingüe más avanzada (Oxford Advanced Learner’s Dictionary”) cuyo amplio contenido han hecho que se opte por acompañar a la versión impresa de una versión electrónica. Hoy comentaré esta obra.
El “Oxford Advanced Learner’s Dictionary” es una compra obligada para todo traductor no tanto debido a su contenido, que también, o a su manejabilidad sino debido a su prestigio como diccionario de referencia en lengua inglesa. A muchos hispanohablantes les llama la atención que el inglés, con sus millones de hablantes y su estatus de “Lingua franca” mundial, no tenga un mecanismo regulador y unificador de la lengua en los distintos países en los que es lengua oficial, a diferencia de lo que ocurre con el castellano y la RAE o el francés y la Francophonie. Lo sorprendente es que para muchos lingüistas esta función es realizada por parte de este diccionario Oxford a través de su gran calado en universidades y centros educativos. Y es que prácticamente todas las universidades británicas y australianas y gran parte de las americanas lo usan como primera obra de referencia a consultar. Además en Gran Bretaña los centros de educación secundaria lo usan como apoyo para su clase de lengua, actuando como material complementario al libro de texto en algunos casos.
La primera edición completa fue publicada en 1928 y desde entonces se ha ido renovando continuamente año tras año (En la última edición incorporan palabras como “podcast” o “tweet”).
Por todo ello esta obra se revela como una de las fuentes terminológicas que el traductor debe tener siempre en cuenta.
¡Un saludo y hasta la próxima entrada!
Buen trabajo! Me ha gustado vuestra creatividad con las "monadas" y la fiabilidad de las fuentes.
ResponderEliminarEste fue un gran diccionario que de tanto usarlo las hojas se fueron soltando y, por supuesto, acabé por sustituirlo por otro con gran nostalgia.
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